Los agresores de l'Hospitalet eran acosados por los heridos0

1229 02/06/2005, 13:10       #Salut laboral,

Desde su llegada hace unos meses al IES Margarida Xirgu desde Ecuador y la República Dominicana habían tenido que soportar abusos e insultos. El martes, después de una guerra de globos de agua a la hora del patio, en la que quedaron completamente mojados, decidieron que había llegado el momento de tomarse la justicia por su mano. Fueron a casa de uno de ellos y cogieron dos navajas. Sólo les quedaba esperar al siguiente ataque.

Ayer, dos de los tres menores detenidos tras la pelea que dejó herido grave a un adolescente y de forma leve a otros dos cerca del instituto Margarida Xirgu ingresaron en el centro de menores de Tillers. Son hermanos y de origen dominicano. El tercer detenido, de 15 años y origen ecuatoriano, fue puesto en libertad vigilada.

"Han ido a provocar a los que acaban de llegar y que desconocen cómo va el código de honor de bandas juveniles y éstos han respondido comos aben", explicaba el jefe de estudios del centro, Joan Sales. "Les han buscado las cosquillas y ellos han reaccionado, creemos, de la única manera que en su cultura saben reaccionar, que es, si la pelea va a más, sacar las navajas", añadió.

La pelea que acabó con tres heridos fue, según esta versión, el punto final de una cadena de abusos. El que más había caldeado los ánimos se produjo hace unos días cuando agresores y agredidos se encontraron y los primeros fueron ridiculizados delante de sus novias. El martes, señaló Sales, después de una pelea en el patio del colegio con globos de agua, los jóvenes se retaron en la calle. Según fuentes policiales, a la salida del IES,Washington, el estudiante de 15 años de origen ecuatoriano puesto en libertad, comenzaba a ser golpeado por un compañero del instituto al que exigía disculpas por haberle mojado.La respuesta de éste fue un puñetazo. Con él se inició una nueva pelea a 80 metros del IES, en un garaje de la calle Rius i Carrió.

Cerca, observando, estaban el hermano de Washington y un compañero de clase de origen ecuatoriano con el que cursa cuarto de ESO en el Margarida Xirgu. Los dos conocían bien al menor que estaba pegando aWashington, porque él y su grupo de amigos también se habían metido con ellos. Por eso, y con las navajas todavía en los bolsillos, no dudaron en entrar en una pelea a la que habían sido retados dos horas antes. Lo hacían ellos, y también otros menores, entre ellos Óscar R. M., amigo del que pegaba a Washington, y conocido en el instituto por su larga trayectoria de abusos y peleas. Él recibió los primeros navajazos, aunque ninguno de gravedad.

Al ver el tumulto, también se sumó Eric G.V., amigo de Óscar y que estaba ahí de casualidad, porque él estudia en el IES Sant Ramon. Se metió en la pelea y recibió un navajazo en el cuello. La segunda embestida la evitó una compañera de Eric, Soraia, que, al interponerse, recibió un corte en el brazo.

Según fuentes hospitalarias, de los dos heridos que quedaban hospitalizados ayer fue dado de alta Óscar R.M., de 16 años. El herido más grave, Eric G.V., de 17 años, permanece ingresado en el hospital Sant Joan de Déu, tras haber sido intervenido de urgencia durante la noche. El menor evolucionaba ayer favorablemente.

"Si en el instituto tuviéramos vallas electrificadas y arcos metálicos seguramente esto no hubiera pasado, pero este no es el modelo de escuela por el que apostamos", manifestó Sales. "Cuando se educa en libertad se corre el riesgo de repetir dentro lo que pasa en la calle".

A clase con los padres

Silencio y temor. Esas dos sensaciones se respiraban ayer por la mañana delante del IES Margarida Xirgu de l´Hospitalet, donde, tanto a las 8 como a las 9 horas, más alumnos de los habituales llegaban acompañados por sus padres. La escena la observaban de cerca agentes municipales y profesores del centro que trataban de evitar que alumnos y padres se pararan a hablar con los medios de comunicación. "Tenemos miedo; hace dos meses a una hija mía le pegaron y desde entonces le acompaño", explicaba una madre que evitaba dar su nombre. Los alumnos llegaban en grupo. El tema de conversación entre ellos era la pelea del día anterior. "Washington es un buen muchacho. Él nunca busca problemas", aseguraba una niña de 14 años con acento ecuatoriano antes de entrar a clase.

Sobre los agresores hablaban sin problema, pero cuando tenían que hacerlo sobre los agredidos guardaban silencio o aceleraban el paso. Especialmente si hablaban de Óscar, la única víctima del Margarida Xirgu y que estaba apartado en un módulo para estudiantes conflictivos. Iba a ser expulsado en breve. Peleas habituales de un mismo grupo que no tenían tinte racista, a pesar de que insultos como "cucaracha latina" sean frecuentes en el centro y que el distrito de Collblanc-La Torrassa cuente con un 24% de población inmigrante -el 47% en el caso de los colegios-. En el recreo, estudiantes de diversos origen desplegaban ayer una pancarta en señal de rechazo a la violencia después de guardar cinco minutos de silencio. No importaba los colores.

Mientras, en el hospital Sant Joan de Déu el padre de Eric distribuía las visitas de sus amigos con ojos llorosos. Hasta allí acudían una veintena de estudiantes de primero de bachillerato del Santa Teresa de Barcelona. Habían sido compañeros de Eric en el Sant Ramon, donde él repetía cuarto de ESO. "Es un chico que no se corta, pero que se controla. Aunque no duda en meterse en pelea", explicaban. "Ahora estaba yendo con malas compañías. Con algunos chulos".


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