Selectividad compleja y a la carta0

480 20/11/2008, 08:46       #LOE,

Los alumnos que este curso han comenzado Primero del nuevo Bachillerato estrenerán también la nueva Selectividad, que se implantará el curso 2009-10. El diseño del modelo aprobado por el Gobierno suscita algunas dudas sobre el nivel de exigencia. Los profesores entienden que más que subir el listón académico, la fórmula diseñada complicará la compleja gestión de los centros, de la misma manera que lo ha hecho el Bachillerato creado por la Ley Orgánica de Educación (LOE).

Por el contrario, los alumnos más radicales insisten en su rechazo a cualquier tipo de prueba y los padres temen que no sea tan exigente como desearían.

La ya conocida como Selectividad a la carta -más para el alumno que para el profesor, aseguran los docentes- contiene importantes novedades. Entre ellas, destaca la posibilidad de mejorar nota para aumentar las posibilidades de acceso a los estudios de Grado deseados y, a partir del curso 2011-1012, el examen oral del idioma cursado por el alumno (inglés, francés, alemán, italiano o portugués).

Vincular a la carrera elegida

Hay que advertir que, a partir de 2010, año en que entrará en vigor el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), desaparecerán las actuales nomenclaturas de las carreras y las diplomaturas, licenciaturas e ingenierías serán sustituidas por los grados, estudios de cuatro años de duración, salvo algunas excepciones como Medicina, Farmacia, Veterinaria o Arquitectura, que cuentan con directiva europea específica, tienen una mayor carga lectiva y, en consecuencia, son más largas.

De acuerdo con el real decreto que regula las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), éstas versarán sobre las materias de Segundo de Bachillerato, lo mismo que en el modelo vigente. Su objetivo es valorar la madurez del alumno y evaluar los conocimientos vinculados al Grado que se quiera cursar.

La normativa aprobada regula también el acceso de los estudiantes procedentes de la Formación Profesional (FP), la prueba para mayores de 25 años, el acceso a la Universidad para mayores de 40 años, mediante la acreditación de experiencia laboral, y el de los mayores de 45 años, aunque no posean titulación alguna ni experiencia profesional.

Las futuras PAU se dividen en dos fases, una general y otra específica, con el fin de «aumentar las opciones de elección» de los alumnos, «valorar las materias» en las que obtienen una mejor calificación y «vincular de una manera más directa» el Bachillerato y la Universidad.

La fase general incluye como objeto de examen las materias comunes (lengua castellana y literatura, lengua extranjera, historia o filosofía y, en su caso, lengua cooficial. A ellas se añade una materia de modalidad elegida por el alumno de entre las asociadas a las tres vías que se cursan en Bachillerato (Artes, Ciencia y Tecnología o Humanidades y Ciencias Sociales).

Mayor peso del expediente

La calificación final se establecerá con la nota media del Bachillerato (cuenta un 60%), siempre que sea superior al 5, y la obtenida en la fase general de la Selectividad (40%), que deberá rebasar el 4. De lo contrario, no se realizará la media final.

La fase específica está pensada para los alumnos que deseen ingresar en facultades con límite de plazas y su objetivo es mejorar la nota de acceso. En esta fase, que tiene carácter voluntario, los estudiantes se examinarán de otras asignaturas de la modalidad diferentes a la elegida para la fase general, aunque no las haya cursado en el Bachillerato. Estas materias deberán estar asociadas a la rama de conocimiento del Grado en el que pretenda ser admitido. La validez de las calificaciones obtenidas a través de este sistema caducará a los dos años y los alumnos podrán realizar la prueba cuantas veces quieran. Existe un catálogo de asignaturas vinculadas a cada una de las ramas del saber y las universidades podrán también señalar aquellas a las que concedan más valor para un título concreto. Cada uno de los exámenes voluntarios podrán sumar hasta un punto en la nota final y dos si la materia coincide con la fijada como prioritaria por la universidad correspondiente. Los alumnos conocerán al principio de curso de qué disciplinas se trata para planificar su Bachillerato de acuerdo con la carrera que pretendan estudiar.

La fórmula se justifica en que así se facilitará la movilidad de unos estudios a otros y aumentarán las posibilidades de elegir carrera en primera opción. Si un alumno pretende cursar Medicina-la carrera con mayor desequilibrio entre la oferta y la demanda-, aquilatará sus posibilidades al conocer las materias que le permitirán subir la nota.

La normativa incluye otras modificaciones referidas a la duración de los descansos entre cada prueba, que serán de 45 minutos, y al tiempo de los exámenes, una hora y media cada uno. Además, con carácter general habrá dos convocatorias (junio y septiembre), pero la Conferencia General de Política Universitaria podrá introducir alguna más tanto para la etapa general como para la específica. Las reclamaciones se mantienen como en el sistema actual: reclamación sobre algún ejercicio y doble corrección. El primero mantendrá la calificación inicial aunque la revisión sea negativa. Sin embargo, el segundo encierra el riesgo de bajar la primera.


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